Hablemos sobre quesos y maridaje, un tema tan amplío y personal que podría ser difícil de sintetizar en un posteo.
Existen características de sabor e intensidad que unen, o mejor dicho, “casan”, a unas variedades con otras. Aunque, el vino no es la única bebida con la que se recomienda acompañar los quesos. En algunas partes del mundo, es usual acompañarlos con cervezas, sidras y hasta café, pero eso lo dejamos para un próximo posteo.
Siguiendo con los vinos, estos tienen varios aspectos en común con los quesos, ya que el producto final es resultado de una serie de variables, como: la maduración del producto, el proceso de estacionado y las tierras de dónde proviene la materia prima, entre otros.
A continuación, veremos cuáles son las características que emparejan a tan deliciosos y tradicionales productos de nuestro país.
Los quesos suaves se recomienda acompañarlos con vinos de baja acidez, como un Chardonnay, un rosado o un tinto fresco.
En cambio, los quesos fuertes, son más complejos de combinar. Por lo que se suele recomendar un vino dulce que suaviza y compensa el sabor del queso.
Los quesos de sabor más especiados se recomienda maridarlos con vinos blancos secos.
Los de pasta dura, como el Parmesano, requieren de tintos maduros, Malbec, Cabernet Sauvignon, o Tannat.
Los tintos nuevos, frutados y jóvenes son los que mejor combinan con dos de nuestras especialidades: el Camembert y el Brie.
Compartimos una serie de recomendaciones para maridar los quesos Maia:
Queso brie: espumoso seco, tinto con barrica (ejemplo: Cabernet Franc).
Queso camembert: vino blanco frutado (ejemplo: Chardonnay), vino rosado seco o tinto con barrica (ejemplo: Syrah, Malbec).
Queso gruyere: vino blanco semidulce o espumoso seco (ejemplo: Sauvignon Blanc)
Queso parmesano: vinos tintos jóvenes o blancos ligeros (ejemplo: Tinto).
Queso colonia: vinos blancos con madera o tintos suaves (ejemplo: Merlot).
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